Mediante la instalación Garden II se buscó definir un trayecto orgánico y aleatorio que dialoga con la arquitectura modular de la sala. La utilización de un icono de jardinería (tijera de podar) responde, por un lado, a la domesticación de la naturaleza (jardín) y por otro al crecimiento desmesurado de esta en espacios urbanos (eriazo). La tensión de estas dos miradas se materializa a través de una impronta que recoge la forma positiva y negativa de una herramienta, que define las coordenadas del espacio.
Esta instalación formó parte de la exposición colectiva Encontrado / Elegido / 4 miradas en torno al objeto, muestra realizada en la Sala de Artes de Las Condes.