El edificio que actualmente alberga el Museo de Arte Contemporáneo fue la antigua sede de la Escuela Bellas Artes de Santiago. En 1969 este edificio sufrió un incendio que destruyó gran parte de sus instalaciones, provocando el cierre de la escuela.
Katastrophe I rescata este suceso y lo evoca visualmente a partir de la cobertura de prensa dada al hecho.
La instalación se organizó a partir de 17 tubos fluorescentes que simbólicamente evocaban las causas del incendio (corte circuito). Estos se colocaron sobre un muro previamente pintado de color rosa (color que poseía el edificio en el momento del siniestro). Los tubos fluorescentes se organizaron alternadamente entre 16 espacios blancos, que marcan los vacíos que dejó este hecho.
Completando la pieza, se instaló en el suelo de la sala y junto al muro un conjunto de restos textiles, que se mezclaban con tarjetas impresas con los textos de prensa de la época.
Katastrophe I fue exhibida en el marco de la exposición colectiva Frutos del País, realizada en el Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile.