Medidas Transitorias se sustenta en tres conceptos: construcción, destrucción y reconstrucción. A través de estos conceptos, se da forma a una obra cuya constitución material no cambia, sólo se transforma a partir de un acto colectivo, que escenifica la estructura lógica: causa-efecto. Este acto no sólo permite llevar a cabo una obra sino también hacer partícipe de ella a un grupo indeterminado de personas, que de manera tanto directa como indirecta posibilitan la puesta en marcha de un proceso cíclico. Por medio de este accionar el espectador deja de ser un agente pasivo para convertirse en agente generador y trasformador de una obra que hace manifiesta su condición efímera y transitoria.
La movilidad que genera Medidas Transitorias al interior de la galería se evidencia tanto por la recolección diaria de diarios y revistas, como por la participación que hace el público en la destrucción y reconstrucción de lo donado. La presencia diaria de un restaurador, que reconstruye libremente los ejemplares destruidos, es entendida como una presencia que no solo incentiva al público a participar de esta acción, sino también plantea una paradoja que da cuenta de una labor sin sentido. Esta idea del sin sentido es a su vez un hilo conductor que organiza el resto de las acciones, a partir de un cuerpo orgánico y autosuficiente que dialoga abiertamente con el espacio y el espectador.
La instalación formó parte de la muestra individual Medidas Transitorias, exposición realizada en la Galería Gabriela Mistral, Santiago (2004). Parte de la instalación ha sido igualmente exhibida en el Centro Nacional de Arte Contemporáneo, Santiago (2016), Casa de la Cultura, Iquique (2018) y Centro Cultural El Tranque, Santiago (2022).